Hace un tiempo que no escribo y la verdad es debido a que me he sentido un poco extraño desde el punto de vista energético. La sensación ha ido bajando, desapareciendo, pero me ha ayudado a observar el trabajo que debo realizar en mí. Como he mencionado anteriormente, el trabajo interno concluye en esta vida con la muerte del cuerpo físico. Una vez dado este paso, es que revisamos lo observado, realizado y aprendido en este plano, ello con la clara intención de poder seguir trabajándolo en otra vida o quizás sea un aspecto que logramos trascender en esta.

Hay personas que tienen la siguiente creencia “eres un ser espiritual, no puedes estar mal, no te puedes enojar, tu vida es siempre felicidad, siempre estas bien”. Como algunas creencias, esta se establece desde algo no transitado o no experimentado. Si bien somos seres energéticos usando un cuerpo o móvil para hacernos “notar” en este plano, es que estamos afectos a todas las vibraciones que puedan existir en el ahora. Por otra parte, también pasamos por diferentes estados de consciencia o sensaciones a diario. No se trata de establecer una diferencia o desapegar de otro, se trata de hacer notar que a ratos queremos mandarnos un “Ermitaño” y simplemente tomar distancia. Finalmente, todos a ratos transitamos por este arcano mayor (uno de mis favoritos).

El Ermitaño · Tarot Santa Muerte

En este proceso de reencantamiento quiero agradecer a la familia de uno de mis pacientes que vive en Rancagua y otro en New Jersey, gracias a su confianza en las terapias, en mí y en el trabajo que desarrollamos juntos, pude volver a dar Reiki. De este me había alejado por preferir un algo sobre otro. Lo bonito de poder reencontrarme con esta terapia, es que vuelvo a recordar y revivir todo el proceso de recibir esta forma de sanación de parte de mis profesores Cristina y Pato, con ello sonreír y así a entregarlo a quién lo requiera.

También y como parte de este proceso de reencantamiento, es recordar que, una vez que realizamos o entregamos algo, lo podemos volver a practicar, y en esa observación, darnos cuenta lo valioso que es para nosotros y para otros. Otra forma de observar y sentir este proceso, es poder ver y saber cómo las personas avanzan, sueltan limitantes y comienzan un proceso de vida “nuevo” que es ajeno a sus rutinas establecidas. El que puedan vivir, organizar, crear y experimentar nuevos procesos es donde más ganan, es ahí donde la vida se goza, se toca la ansiada felicidad y se descubren nuevas capacidades.

Muchas veces en la vida nos podremos desmotivar por lo que hacemos, somos, fuimos, estudiamos, practicamos o lo que día a día realizamos, no dudo que me o nos vuelva a pasar, pero de lo que sí tengo certeza, es de que nada es permanente, y en la observación de este estado (desmotivación, apaciguamiento), es que podremos volver a reencantarnos con lo que creíamos haber soltado o que simplemente no haríamos más. Obvio, también agradecer a Espíritu por la ayuda.

Lo maravilloso de sentir cómo fluye la energía en nosotros y así hacia otros y que, además estos la perciban y la puedan usar en mejorar sus estados de ánimo, es lo que nos indica que el camino recorrido es el correcto, aunque a veces podamos desviarnos. Quizás sin esa desviación, no estaríamos deseosos de retomar la ruta correcta y quizás en ese desvío, algo descubriremos.

El negarse a algo sólo será establecer una limitante o quizás un auto castigo en nuestra vida. Este último nos llevará a vivir frustraciones y con ello, no disfrutar nuestra estadía en este plano.

En la medida que nos podamos reencantar con nosotros, podremos reencantarnos con todo lo que nos rodea, vivir con mayor tranquilidad, observar nuestros procesos y ser mejores día a día.

No nos escondamos o protejamos en banalidades, estas sólo lograrán dilatar aún más el proceso de observación. Seamos constantes, conscientes y consecuentes del amor propio, poder personal y empoderamiento que tenemos. Tengamos noción de la frase “vibrar alto” y no la usemos como cliché, seamos consecuentes con lo que pensamos, decimos y hacemos. Trabajemos en nosotros, día a día, con ello lograremos el famoso “despertar”, no es fácil, es un camino con luces y sombras que debemos recorrer.

Para mí, buscar algo afuera hace mención a algo que no eres capaz de encontrar en ti, pero que sí está esperándote

Nuestras sombras nunca serán absolutas, siempre habrá luz donde “no la veamos”. El decidirlo es y será nuestra responsabilidad. Después de todo, cada uno de nosotros decidirá cómo hacer, ser y vivir. Finalmente el libre albedrío se trata de eso, recorrer a tu antojo.

 

Leave a Reply