Hace un tiempo pensaba sobre qué escribir, y gracias a las últimas consultas de pacientes y amigos, es que me he empujado a escribir sobre el desamor o quizás la oportunidad al amor. Durante el mes de Febrero la sensibilidad amorosa anda a flor de piel, vemos y entendemos lo que deseamos o queremos, sea desde lo emocional, mental, espiritual y quien sabe cuantas dimensiones más. Quizás es la energía de Acuario (y todo lo que pueda estar sucediendo astrológicamente hablando), el “mes del amor” o una simple idea nacida de un consenso de preguntas y experiencias vividas en este mes.
¿El desamor, es desamor?
Por lo general cada vez que vivimos una experiencia amorosa finita, estamos expuestos a su dualidad (desamor o sufrimiento). En esto experimentaremos la sensación de apego, vacío, soledad, pena, tristeza, desamparo y miles de otros relacionados a perder algo importante para nosotros. En algunas ocasiones el desamor, podría establecerse como el sentir algo por un otro y, que este último sienta nada por nosotros. En otras el no sentir, ahí es donde viene la frase “no siento nada de nada, estoy en otra”. Es en este último punto, donde el desamor puede tener más relevancia, ya que comienza el autocastigo y el no tener consciencia por el amor propio.
Como todo 14 de Febrero, muchos corren y validan su amor en actos finitos de duración determinada (horas), otros zumban las redes sociales con mensajes muy amorosos y otros no tanto. Algunos indican “nunca me enamoraré”, algunos suben y bajan fotos e historias con sus parejas y otros, simplemente observan la dicha y la desdicha del discurso v/s la acción y lo que realmente deseo se manifieste este día.
Como lo indiqué anteriormente, el amor es una plantita que se riega a diario, es una apuesta y reafirmación constante, día a día. El amor no es mental, no es concreto y no se puede adivinar. El amor es aceptar al otro tal y como es, sin ánimo de cambiarlo, pero sí estando consciente de sus luces y sombras. En este detalle es donde yo decido que es lo que deseo para mí y cuánto estoy dispuesto a llevar conmigo.
El desamor, podría ser la carencia de no tener amor, pero la pregunta válida es ¿Dónde comienza el amor?, desde mi perspectiva el amor comienza en uno. Ese momento único en el que uno se descubre como ser único e irrepetible, con luces y sombras, que es capaz de relacionarse con otros en planos de relaciones amorosas o no (pareja, familia, amigos…etc.). Si este tipo de amor (relacionamiento con otro), me es más o menos difícil o complicado, puede deberse a que aún no termino de conocerme, sanar o muchas veces a comprenderme amorosamente. Por otra parte, también puede que sea una decisión, pero ahí es donde me pregunto ¿Qué nos lleva a tomar esa decisión? ¿Será la expresión concreta del desamor? ¿Lo hago por mí y en consciencia de mi amor propio? ¿O es simplemente un acto de egoísmo con el entorno? ¿O quizás repito un patrón familiar determinado? Quizás en ese momento, nos volvemos ermitaños y deseamos alejarnos de la realidad, tomar distancia y meditar sobre nuestras decisiones de vida (amorosamente hablando)
“El desamor es la oportunidad de volver a amarse, luego de posponerse en función de un otro. El desamor es volver a la consciencia por mi valía y amor propio.” (oportunidad)
Tema complejo de redactar el amor o desamor es (quiero repetir esta frase desde el post anterior), en esto creo que nadie tendrá la razón y todos tendremos puntos de vista distintos e igualmente válidos, quizás algunos sean convergentes, pero diferentes al final del día. Esto dejaría demostrado que el amor sólo se siente, no obedece a una definición, fórmula o visión. El amor se construye desde que nacemos, hasta nuestro día de muerte.
El amor comienza y termina día a día, es un compromiso con uno y con el otro, es actuar a diario en consciencia y consecuencia, es el experimentar la dualidad de manera constante, observar luces y sombras, tomar desiciones y avanzar, retroceder o incluso terminar.
Es en el “terminar” donde comienza el desamor u oportunidad al amor. Podríamos definir las etapas de esto: Lo primero es sufrir a concho (a todos nos ha pasado), luego la etapa de salir nuevamente a sociabilizar amorosamente, luego la calma y finalmente, encontrar y aventurarse en otro amor. Quien me diga que no es así, sería una buena discusión. Quizás el ser humano es estructurado (adoctrinado) incluso para sentir.
¿Cómo, una oportunidad?
Efectivamente creo que el desamor es una oportunidad. En ese momento de “vulnerabilidad”, buscamos apoyo y ayuda en familiares, amigos y en general en quienes confiemos. Nos volvemos humildes, como dice Avello “Estoy bien, sí, estoy bien”, por dentro sólo queremos que nos abracen o apapachen.
La oportunidad nace en el momento en que decidimos tomar acción sobre nuestra vida (inicio del amor propio y empoderamiento), cambiar muchos hábitos, sumar otros. Para mí, esta es la primera etapa de la oportunidad, ya que estos cambios nos impulsan a realizar otros que son de fondo, realmente importantes y nos preparan para el genuino amor. En esta primera etapa nos aflora todo lo Libra y Sagitario que podamos tener en nuestra carta astral e incluso lo que no! Buscamos ser el mismo planeta Venus y con ello comienza el empoderamiento y amor propio consciente de nuestro ser externo e interno. Aquí es donde la oportunidad apareció y explotó. Estamos permeables a observarnos, a aprender de nuestros errores, mejorarlos y querernos genuinamente, aceptando lo “malo” que hemos hecho a otros y a nosotros mismos. Aquí es donde comienza “la mejor versión de mí mismo” (tanta frase cliché en un post). Efectivamente el desamor es la oportunidad de “comenzar a vibrar alto”, ser mejores, pero con un claro foco en uno. Si nuestro chakra 4 o Anahata está girando bien, en conjunto a todos los demás, el sistema chakras nos permitirá observar el desamor como lo que debía suceder para poder perdonarme por el daño que yo permití causarme mediante otros y yo mismo.
“El desamor es la oportunidad que tenemos para hacer crecer nuestra consciencia amorosa”
Para “entender” el amor, debemos experimentar el sufrimiento, ambas sensaciones van de la mano, se experimentan y se viven a concho. Sí, y lo repito, comprendamos que el amor es a diario, parte por uno y termina en un otro, el amor se renueva y riega a diario, es una decisión que no es mental, es 100% amorosa y simplemente es.
Finalmente, tarde o temprano, toda experiencia “buena o mala” es y será una oportunidad para mejorar.
Pd: Luna llena en Leo, que buena oportunidad! Más claro no puede ser, gracias universo por la ayuda.


